Psic. Elodia Straffon Vázquez
Tienes alguna pregunta?
Ofrezco atención profesional a quien requiera apoyo para superar algún problema emocional o de relación, que le esté causando dolor y le impida tener una vida plena y satisfactoria.
Mediante una relación de respeto y confianza, promuevo el autoconocimiento y el descubrimiento de nuevas posibilidades para afrontar las dificultades y vivir de manera más auténtica, libre y responsable.
Proporciono apoyo para el surgimiento de la espontaneidad responsable y la identificación y expresión oportuna de sentimientos y pensamientos.
Acompaño en la exploración de las ideas y hábitos que han sido aprendidos a lo largo de la vida, para confrontarlos con la situación actual, estando más presentes y en contacto con uno mismo y con el mundo.
Me comprometo a dar lo mejor de mí en cada caso, con cada uno de mis pacientes, desde el inicio al término del proceso terapéutico, para que una vez que éste finaliza, el paciente se sienta más capaz de superar los obstáculos y aprovechar sus recursos y oportunidades.
Estoy en constante capacitación profesional, asistiendo a cursos, congresos y talleres, así como supervisando con otros colegas mi propio desempeño
- Maestría en Sensibilización Educativa con Orientación Gestalt
- Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt (I.H.P.G.) Sede Coyoacán, CDMX
- Cédula profesional: 7872340
Creo que…
Todos aspiramos a sentirnos mejor, consciente o inconscientemente, con acierto o sin él, ya sea mediante el trabajo, el conocimiento o el ocio, mediante las pasiones o la tranquilidad, a través de relacionarnos libremente o de manera dependiente, buscando la aventura o la rutina diaria. Todos queremos ser felices aún sin saber cómo lograrlo.
Estoy convencida que cada ser humano lleva en sí mismo un potencial de desarrollo, que es necesario liberar. En otras palabras, actualizar y ser conscientes de nuestra verdadera naturaleza positiva y amorosa.
Eliminar los bloqueos que nos impiden crecer, los miedos, la desconfianza en nosotros mismos y en los demás; para darnos cuenta de lo que sentimos, pensamos y hacemos y lograr vivir una vida llena de sentido.
Pienso que el bienestar emocional no llega de forma automática, ni es algo que el destino puede concedernos o arrebatarnos; depende exclusivamente de nosotros. Es un estado de apertura a nuestras experiencias, para que éstas logren completarse y vivirse plenamente, ayudándonos a dirigir nuestra vida cada vez de mejor manera.
Es sano y maduro saber pedir apoyo y compañía cuando atravesamos por momentos de crisis o angustia difíciles de manejar. Tener conciencia de que sólo en relación con los demás, podemos darnos cuenta de quiénes somos.
Me interesa profundizar en temas importantes como son el amor, las pérdidas, la cercanía y contacto humano, el miedo, la confianza, entre otros, para encontrar nuevos y más amplios significados a las experiencias de vida, propias y de los demás, para ampliar mi comprensión de los diversos sentidos de la existencia humana.
La felicidad no deviene del éxito y del cumplimento de deseos ilimitados que apunten hacia el exterior, como el ansia de riqueza, de poder, de reconocimiento y de la búsqueda obsesiva de experiencias placenteras.
Tampoco es un estado permanente de exaltación y euforia, sino la eliminación de estados mentales como el odio, la envidia, el orgullo y el hábito de ver los fenómenos del mundo como autónomos, sin darnos cuenta de la interdependencia y continua transformación de todos los seres y las situaciones.
La felicidad es la alegría que nace de la verdad, de la aceptación de lo que es, de la realidad que va siendo cada momento y del interés honesto por el bienestar de los demás. El gran obstáculo no es la vida, ni los retos o dificultades que se presentan, sino la falsa interpretación de ella, las suposiciones basadas en el miedo, en la soberbia, en las intolerancia y en nuestros juicios y creencias obsoletas. La vida en sí implica superar diferentes situaciones o retos que nos permiten transformarnos y fortalecer nuestras capacidades.
No se consigue ser feliz de la noche a la mañana, sino a costa de un trabajo paciente, realizado día tras día. Se construye con esfuerzo y tiempo, con un verdadero y profundo desarrollo interior basado en la experiencia y en la conciencia.
Quien experimenta la paz interior no se siente destrozado por el fracaso ni embriagado por el éxito. Sabe vivir plenamente la vida en el contexto de una serenidad profunda y vasta, consciente de que las situaciones, las relaciones y las cosas no son para siempre, y que por lo tanto es inútil aferrarse a ellas.
Creo que la finalidad de la vida es esa plenitud de todos los instantes acompañada de un amor por todos los seres, y no ese amor individualista que la sociedad actual nos inculca permanentemente.
Quiero generar y contagiar la alegría de vivir, entusiasmo por engendrar altruismo, serenidad y voluntad para desarrollar lo mejor de nuestro ser: aspirando al desarrollo y despertar de nosotros mismos para contribuir a construir un mundo mejor.
La verdadera felicidad procede de una bondad esencial que desea de todo corazón que cada persona encuentre sentido a su existencia. Es un amor siempre disponible, sin ostentación ni cálculo. La sencillez inalterable de un corazón bueno.
